Gran vía verde de Segovia: Una gran vía histórica bimilenaria.
Tribuna. María Jesús Franco Aguilar
¡Qué afortunada la ciudad que tiene cerca una Sierra!. Roma abrió la calzada de gran valor estratégico, principal vía entre Segovia y la submeseta sur hasta el siglo XVIII.
Segovia, Patrimonio de la Humanidad, entretejida de senderos de luz, de agua y de merinas, ha de conservar y cuidar todo su entorno, magnífico encuentro campo-ciudad, cada vez más valorado en esta etapa histórica postindustrial.
En el pórtico de esa gran vía, los nobles segovianos que campean sobre la Puerta de Madrid miran hacia los campos de la expansión económica de Segovia, ricos en pastos, espacios abiertos a la flora y la fauna, a la variedad multicolor que cambia de la aurora a los atardeceres y de una a otra estación del año. Muy cerca, el parque de La Dehesa tiene el encanto de la unión armoniosa de lo urbano con elementos propios del mundo rural.
El imponente Pastor del Monumento a la Trashumancia tiene la fuerza del héroe, del gigante que acude al encuentro de la ciudad, al rescate de la memoria histórica y la defensa de unos espacios y formas de vida, que dieron a la Ciudad y Tierra de Segovia sus tiempos de mayor riqueza y esplendor. Dice su autor al comienzo del poema clavado en piedra: "Somos hijos de héroes que nunca / conocieron su condición de héroe" (J. A. Abella).
La acertada recuperación de la Dehesa del Alto Clamores está permitiendo disfrutar a la ciudadanía de su contemplación y paseo, y alentar la esperanza de un tratamiento adecuado para la totalidad de esos campos verdes. Es el clamor del Clamores que, aunque oculto, no deja de reclamar todo lo mejor para esta ciudad abierta y solidaria.
El inmenso valor histórico del Cordel de Santillana está exigiendo que se respete en su totalidad. Antonio Ponz dejó reseñados tantos datos del Esquileo de Iturbieta que, desde estos parajes, no le es difícil a la imaginación reconstruir la historia de idas y venidas desde la ciudad y sus contornos: esquiladores, recibidores, velloneros, apiladores, ligadores, bedejeras, moreneros, escanciadores, apartadores, toda una gran epopeya de la historia de Segovia.
El Caz del Acueducto y su sendero colindante, los numerosos Mojones de Carlos III para delimitar el Patrimonio Real y que actualmente deslindan los municipios de Segovia-Revenga, Palazuelos de Eresma y San Ildefonso; las Sendas literarias del Arcipreste de Hita, San Juan de la Cruz, Cervantes.., y el paso de peregrinos del Camino de Santiago desde Madrid, cruzándose con los devotos de San Antonio que recorrían a pie el Camino de la Media Legua, desde los términos de Palazuelos de Eresma e incluso de San Ildefonso, hasta la ermita de Juarrillos, camino que todavía hoy algunos rememoran; son, todos, verdaderos hitos que reclaman la pervivencia verde de estos paisajes.
Desde la Fuente de San Pedro, la fuente de los Pastores, se contempla la imagen poética de Segovia como el barco que surca el piedemonte con su inmensa estela histórica y verde; también, las “heridas” del paisaje ocasionadas por la vía de circunvalación y el trazado del tren de alta velocidad. Son heridas de gran calado, pero, aunque inevitables, sí que se pueden tratar de modo que la agresión a la Naturaleza y a la Historia sea más soportable.
La Ciudad de Segovia y la Sierra de Guadarrama con su Piedemonte, son Patrimonio de la Humanidad y hay que salvar “esta categoría” por encima de todo. Sería bien triste actuar sin el respeto a la herencia de nuestros antepasados, forjada con coraje.
En este momento crucial para Segovia, calificado por algunos como de “revolucionario” sería imperdonable que la Ciudad y la Sierra se encontraran con un “totum revolutum”. Estos paisajes entrañables contienen el mensaje muy claro de que no se deben trazar sobre ellos más viales de asfalto, ni longitudinales, ni transversales. La vía de circunvalación, una vez ya cerrada, desdoblada y con la corrección de los defectos del actual trazado, puede permitir una adecuada intercomunicación.
Respecto de los planes de convertir en autovía el tramo de la CL 601 desde Segovia a La Granja, se debería considerar que si la expansión urbana va a ser indudable en ese tramo, ¿por qué planear una autovía en un entramado cada vez más urbano?, ¿no será mejor la solución de las actuales rotondas?, ¿no es ésta mejor para el transporte público, que se debería favorecer?. Además, ¿exigiría el trazado de autovía la supresión de los actuales carriles para peatones y bicicletas, cosa que no se debería permitir?. La carretera de Segovia-La Granja nació como Paseo Real y debe mantener su condición de paseo para uso y disfrute de la ciudadanía.
Por lo que se refiere al previsto vial Bonal, que afecta severamente a vías pecuarias y espacios del Alto Clamores, hay una alternativa clara y viable, que es aprovechar la N-603, situada ya en un entramado urbano; se debería aprovechar la actual oportunidad para un replanteamiento global de su trazado y su embellecimiento, desde el final del Parque de La Dehesa y la rotonda del Monumento al Pastor. Si el Plan de Segópolis apuesta por la Cultura de la Mesta y de la Lana, se habrá de actuar con coherencia. Será también cuestión de replantear el plan urbanístico del sector Bonal, Baterías y el enlace con la estación del TAV. Todos estos espacios son de un valor comparable al cinturón verde de los valles del Eresma y del Clamores de la Ciudad y deberían formar parte del Parque del Guadarrama.
2 comentarios:
Felicidades Mª Jesús por este bonito artículo.
Ahora hay que esperar a que alguien con tu sensibilidad y amor a lo que hemos heredado de nuestros antepasados haga todo lo posible para que no se destruya, pero me temo que los gobernantes que tenemos no sabrán valorar lo que hace diferente a Segovia del resto de las ciudades de alrededor y "pondrán en valor" estos parajes en bandeja al Sr. Florentino Pérez u otros foráneos como él.
Esperemos que no se destruya ese patrimonio verde y como ahora se dice que "sea puesto en valor". ¡Qué oportunidad con el AVE O TAV para que puedan llegar gentes de todos los continentes y casi nada más bajarse del tren puedan contemplar el maravilloso espectáculo de Sierra y Ciudad; pasear sobre esos campos del piedemonte,verdes, ocres o cubiertos de nieve; adentrarse en la ciudad, disfrutarla, recrearse, descansar.
¡Cómo me lo imagino!, ¡como una Nueva Primavera para Segovia, después de un duro invierno secular.
Pienso preferentemente en los habitantes de esa megalópolis que es Madrid,donde han tenido que encontrar su medio de vida, mejor o peor, tantos hijos y descendientes de esta tierra segoviana.
Este tesoro de paisaje lo necesitan, cada vez más; que les ahoga el asfalto, las prisas, los madrugones, etc..
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